El modelo lanzado con el nombre All Star nació como el primer intento de Converse por cubrir el mundo del Basquetbol, porque ya había entrado al tenis, fútbol y netball (una especie de basquetbol femenino). Modelo de caña alta diseñado en cuero y goma, en tonos cafés y negros. De la mano de Chuck Taylor, basquebolista universitario estadounidense que las adoptó como sus favoritas para jugar, alcanzaron la fama llegando a ser un icono como lo son hoy en día. En 1921 Chuck se ofreció como embajador y vendedor de la marca y recorrió Estados Unidos de costa a costa promocionando las All Star. Taylor tuvo un papel muy importante en el rediseño de la zapatilla para mejorar el rendimiento de los basquebolistas, tanto así que Converse decidió el año 1932 nombrarlas en su honor cambiando su nombre a Chuck Taylor All Star, agregando su firma en el parche que él diseño para reforzar el talón, además de agregar el par de ojetillos al costado interior para la ventilación.  En 1936, Taylor diseñó las ya clásicas All Star blancas con lineas rojas y azules en la suela, esa que de seguro todos tenemos un par, como zapatilla oficial del equipo estadounidense de basquetbol para el mundial de la disciplina en los Juegos Olímpicos de Berlín del mismo año. En 1949 Converse introdujo el ya clásico modelo en su versión negro con suela blanca y en 1957 la versión caña baja o sin caña con el nombre de Oxford Chuck. En 1966, Converse tuvo un 80% de participación en el mercado de zapatillas en Estados Unidos, siendo este uno de los modelos más vendidos. Las primeras versiones de colores de las chucks fueron lanzadas entre los 60’s y 70’s en pleno movimiento Hippie. Luego en los 80’s su popularidad se vió un poco amenazada por la entrada de las zapatillas aeróbicas y las nuevas tecnologías que introducía Nike, pero en los 90’s resurgió de la mano del rock y el grunge con Kurt Cobain.